sábado, 4 de octubre de 2014

Una agradable Tentaçao.



Después de una dura y calurosa mañana visitando el centro de Lisboa se hacía la hora de comer y como en Portugal los horarios son un poco distintos a los españoles decidimos apresurarnos y buscar un restaurante bueno y económico.

 Avekrénides recordó el consejo de un buen amigo y decidió buscar la Pastelería A Tentaçao en la céntrica Praça da Figueira. Esta es una plaza por donde pasan y paran multitud de autobuses y tranvías, así que es muy fácil dar con ella. Estamos en el barrio de la Baixa muy cerca de la Rua Augusta.
Esta plaza fue diseñada por el Marqués de Pombal para que fuera un gran mercado y la verdad que es grande y con unos edificios abuardillados muy elegantes.
Casi presidiendo la plaza está la estatua  ecuestre de Don Joao I rey de Portugal en 1385. y en uno de sus laterales, que están llenos de restaurantes, bares y comercios , está A Tentaçao que no es una pastelería precisamente sino un restaurante.

Afortunadamente conseguimos mesa con prontitud en el interior, tiene una pequeña terraza pero estaba muy concurrida. No es un local muy grande y lo cierto que estaba lleno de turistas sobre todo españoles.
El camarero amablemente nos trajo la carta y pudimos ver un gran número de platos de todo tipo. Pero íbamos con la idea de comer unas sardihnas a la plancha que nos habían recomendado.



Un plato clásico de la cocina portuguesa con una guarnición de patatas asadas y de ensalada. En Portugal los platos son muy abundantes, así que si no sois muy comilones es recomendable pedir uno solo porque os quedaréis muy saciados.
Las sardinas estaban esquisitas, hechas con sal gorda todo un manjar. Pero no hay una buena comida sin un buen vino. 
No podíamos desaprovechar la ocasión de probar el famoso Vinho Verde y pedimos una botella de Muralhas de Monçao.



Es un vino blanco Alvarihno, de sabor suave, cítrico y brillante que la verdad, servido bien frío maridaba con el pescado como un par de recién casados.
y como colofón tomamos la tradicional vica, café fuerte para no dormirnos en una ciudad tan preciosa como Lisboa.

Desde El Mundo de Avekrénides recomendamos comer en A Tentaçao, un restaurante céntrico, económico y de buena comida. Seguro que volvemos a visitarlo la próxima vez en Lisboa.


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